Juan Carlos Romero (Castiblanco de los Arroyos, 1987) es un estudiante de periodismo a punto de licenciarse por la US en Sevilla, que mira con optimismo el futuro a la vez que con precaución a sabiendas de la realidad capitalista existente.
Instantánea tomada a Juan Carlos el pasado mes de febrero en Ronda (Málaga)
Buenas Juan Carlos
¿Cómo te encuentras?
Muy bien, muchas gracias.
Estás entonces
preparado para comenzar la entrevista ¿No?
Claro que sí, a ver qué
nos depara estos minutos.
¿Qué te queda
para acabar la carrera?
La parte presencial la
terminé en el mes de julio. Estos meses he retomado una optativa del
plan en extinción para subir nota y pasar esos créditos a libre
configuración ahora en la convocatoria de diciembre, y con ellos
habré completado por ahora mi expediente académico. Mi último año
de clases en la Facultad de Comunicación de la Universidad de
Sevilla fue muy significativo porque acababa de aterrizar de una
experiencia de intercambio en América del Sur, y me matriculé en
asignaturas de cuarto y quinto curso, y en diferentes grupo, entonces
tuve en bandeja la oportunidad de conocer a nuevos compañeros, y de
reconocer a otros que estaban desde los primeros años pero con los
que no había trabajado antes. Fue muy reconfortante.
¿Ha merecido la
pena en el amplio sentido de la palabra?
En estos momentos cuando
vemos que a nuestro alrededor se tambalea el sistema en el que hemos
crecido y parece que hemos llegado a la meta sin obtener una
recompensa, quizá no somos conscientes de hasta qué punto el
sacrificio que hacemos como estudiantes y el que hacen nuestros
familiares –y si vamos más allá, la sociedad en su conjunto a
través de la financiación de la universidad pública- para
formarnos ha merecido o no la pena. Si echamos la vista atrás y
vemos de dónde venimos y adónde estamos podemos ver que
indudablemente ha merecido la pena. Más ahora, que debemos estar
preparados para afrontar una expectativa de futuro incierta. Entonces
debemos definir y redefinir continuamente qué estamos haciendo, y
qué podemos aportar desde nuestra experiencia y formación para
mejorar la realidad que vivimos, o tratar siquiera un poco… de
hacerla más habitable.
¿Cómo definirías
el Periodismo actualmente?
El periodismo es hoy uno
de los oficios más necesarios que tiene la sociedad. Si la
ciudadanía no tiene conocimiento de la realidad en la que vive no
puede actuar en consecuencia, o tratar de defender sus derechos, o la
dignidad misma inherente a las personas. Los periodistas tenemos la
responsabilidad de estar a la altura de las circunstancias, a pesar
del colapso de las empresas de la comunicación y de la precarización
de las condiciones laborales en el sector del periodismo y la
comunicación. Estamos en una fase intermedia: hay un orden en
proceso de descomposición, y avanzamos hacia un nuevo paradigma que
no termina de definirse. El desafío del periodista pasa por la
formación continua para llegar a las claves de un mundo sumamente
complejo. Debemos seleccionar y conceptualizar los hechos noticiosos,
investigar, contrastar, interpretar los procesos sociales,
localizarlo en su contexto y en su marco de interpretación, y por
último, transmitirlos lo más claramente que podamos de manera que
cumplamos con la función social de esta profesión.
¿Por qué te
decidiste a estudiar Periodismo y no otra carrera?
Siempre tuve claro que
quería ser periodista porque me gusta estar permanentemente en
contacto con la gente, indagar y saber más; hacer preguntas, hallar
respuestas; ponerme en lugar de otras personas, preguntar y
preguntarme. Y el periodismo es un diálogo con la realidad. Hasta
los monólogos nacen de esa relación dialógica: del contacto con
otras personas y de nuestra experiencia vital. Apunto estuve, no
obstante, de empezar en una carrera conjunta de Derecho y
Administración Pública en el Rectorado de la Universidad de
Sevilla. Me apasiona el mundo de la política. Las ciencias de la
información y las ciencias políticas trabajan con un mismo objeto
de estudio: la sociedad, entonces tienen muchos campos en común. El
hombre es un ser político, estamos continuamente posicionándonos,
yo elegí periodismo, y es quizá una buena base para ver la realidad
esquivando prejuicios y sesgos.
Dada la actual
situación de desempleo que viven prácticamente todas las
profesiones ¿Cuál crees que puede ser la salida del Periodismo en
este mundo capitalista en el que nos ha tocado vivir?
Hoy por hoy el profesional
del periodismo está en una situación parecida a la del resto de
trabajadores. El sistema habla, y vamos viendo por dónde van los
tiros: ‘precariedad o paro’. En esa disyuntiva se encuentran
también los periodistas. Es posible que las universidades estén
participando también en el proceso de precarización de las
profesiones para las que nos forman.
¿Por qué? Porque como
estudiantes nos brindan la oportunidad de hacer prácticas y como
becarios nos ponemos a disposición de empresas, organizaciones e
instituciones que han despedido a profesionales de ese mismo ámbito.
Entonces te encuentras prácticas donde se exige un perfil
cualificado: formación, experiencia, movilidad, idiomas, y una
larga lista de atributos para desempeñar tareas de lunes a viernes
durante cinco o seis horas diarias sin remuneración, o con una ayuda
de no más de 400 euros al mes con la que no llegas ni a cubrir
gastos. Ocupas la plaza de un periodista y las tareas que éste venía
haciendo pero ese puesto de empleo ha desaparecido. Si el profesional
que hacía esa tarea ganaba 1800 euros, por poner un ejemplo, es un
salario que ahora se ahorra la empresa o institución. La solución
debería pasar por no ofertar prácticas a entidades que hayan
despedido recientemente a profesionales en ese mismo ámbito.
Estuviste un año
entero (o curso) en Uruguay de intercambio una beca ¿Allí es
diferente la profesión? Haznos un balance periodístico de tu
estancia allí que lo conozcamos.
Exactamente, el curso
2010/2011 estuve viviendo en Montevideo gracias a la beca Bancaja y a
los programas de movilidad de la Universidad de Sevilla. Hice el
cuarto año de la licenciatura en la Universidad ORT y lo
compatibilicé con unas prácticas en el portal periodístico de
Radio “El Espectador de Uruguay”. A diferencia del colapso que
vivimos en España, Uruguay tiene margen de desarrollo y desde esta
perspectiva es un país de oportunidades. Hoy por hoy todo está
centralizado en torno a dos polos: Montevideo (institucional y
comercialmente) y Punta del Este (turísticamente), y un tercero
menor que es Colonia de Sacramento, marcado por el tránsito e
intercambio con Buenos Aires. Sin embargo, las ciudades del
“interior” están escasamente cubiertas por personas que hacen
las veces de periodistas sin su formación correspondiente, en muchos
casos sin recursos y medios para hacerlo. Esto se pone de manifiesto
en el relato de la actualidad que ofrecen los grandes medios de
Uruguay, donde apenas tienen cabida noticias que salgan del ámbito
montevideano. Más allá de lo que fue
mi año en Uruguay, yo animaría a todos los estudiantes a tener al
menos una experiencia de intercambio para aprender a resolverse por
sí mismos, para tener perspectivas más allá del círculo afectivo
donde se encuentran más o menos cómodos.
Metiéndonos en los
siempre terrenos pantanosos de la política ¿Cómo no? ¿Cómo es
posible separar el poder de los profesionales de la información para
facilitar un estado democrático libre en el que tengan cabida las
distintas voces representadas en los medios de comunicación?
La información en el
sistema capitalista es un producto. Una mercancía. Así es tratada.
Se compra y se vende como parte de un intercambio económico. Como
una transacción financiera más. Los medios de comunicación están
controlados por grandes grupos económicos. Herbert Schiller decía
que los medios de comunicación son los brazos ejecutores del
sistema, y basta ver los editoriales de la prensa que otrora se
erigía el ‘centro-izquierda’ para salir de dudas. En este
contexto de crisis los medios son portavoces de la banca acreedora,
con la que tienen contraídas sus deudas. O de los poderes que pueden
en un momento dado apoyarles. Algunas empresas han obviado que lo
suyo es el periodismo para centrarse en el aspecto de la
rentabilidad: política (los favores y prebendas que puedan obtener)
o económica (para garantizar la estabilidad del negocio como tal).
Bueno Juan Carlos,
ha sido un placer. Por último, a quién comienza hoy día sus
estudios de periodismo y viendo el panorama ¿Qué tienes que
decirles para animarlos? Es sabido por todos tu carácter positivo de
las cosas.
Que el periodismo se
encuentra en una fase de desafío y nuestra generación tendrá tarde
o temprano que ganar su lugar y protagonizar desde la experiencia que
atesoran quienes nos preceden la labor de regeneración del
periodismo. No sólo por nosotros mismos, por nuestras expectativas y
proyectos de futuro, sino por el del conjunto de la sociedad y del
sistema democrático en el que vivimos: la información juega un
papel crucial. Los periodistas contribuiremos desde esta profesión
transversal y multidisciplinar a hacer una sociedad más justa.
Muchas gracias Juan
Carlos, hemos aprendido muchas cosas de tí hoy aquí. Siempre tienes
algo interesante que decir. Que te vaya bien
Fuentes consultadas:
- Entrevista digital
- Fotografía: cedida por el entrevistado.
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